A pesar de la apertura de los últimos años, el régimen comunista sigue limitando la forma de vivir de la población
Por otro lado, el gobierno cubano también se ha encontrado con obstáculos para producir y fabricar objetos, aparatos o vehículos.
El país no dispone de materias primas para fabricar, no tiene minas de metal ni grandes bosques, pero tampoco tiene dinero para importar los materiales de otros países. Por eso todavía circulan muchos coches clásico de los años 40 y 50, anteriores a la Revolución y el bloqueo.
Los cubanos que trabajan en fábricas y negocios estatales tienen salarios muy bajos que se complementan con primas de comida y productos básicos. Pero no siempre hay para todos.
Las personas que quieren montar su propio negocio y ganar dinero por su cuenta necesitan el permiso de las autoridades, lo que requiere muchos trámites, tiempo y papeleo (y a menudo propinas para que los funcionarios agilicen el proceso). Cuando por fin lo consiguen, deben pagar una parte de impuestos considerable.
Durante muchos años, miles de cubanos emigraron en patera a Estados Unidos buscando una vida mejor: son los llamados balseros. Pero las autoridades de ambos países han reforzado la vigilancia para impedir la llegada de más inmigrantes cubanos a las costas de Florida.
Una gran parte de la población cubana apoya al gobierno y vive con resignación esta situación. Subsisten como pueden y evitan criticar al régimen comunista para no tener problemas.
Sin embargo, con la llegada de Internet y las redes sociales, los cubanos cada vez tienen más contacto con el mundo exterior. Saben que existe otra forma de vivir, otra forma de gobernar que tal vez mejoraría su calidad de vida.
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